Mientras trabajas en la labor, empleas las tijeras a cada momento. Cuando yo me cansé de ir por toda la casa perdiéndoles la pista, decidí que lo más práctico era llevarlas encima. Y confeccioné esta pequeña funda de una sola pieza, que está lista en un rato. Sólo necesitas un par de retales (pueden ser de la misma tela) y un cordón.
Para la mía, utilicé un retal de terciopelo de algodón en punto elástico y lo reforcé con una entretela termoadhesiva de algodón muy rígida para estabilizar el tejido y darle cuerpo. El interior es de símil piel de fantasía.
Primero debes copiar el patrón en un papel o cartulina y recortarlo. Asegúrate de que el tamaño es el que tus tijeras necesitan. En caso contrario, habrás de agrandar o achicar la plantilla a conveniencia. Esta plantilla la calcarás en los dos pedazos de tela que vayas a usar, teniendo cuidado de darle la vuelta en la segunda, porque han de ir encaradas revés con revés. Al recortar el tejido, acuérdate de dejar un margen de costura.
Encara las telas derecho con derecho, sujétalas con alfileres, y cóselas juntas, dejando unos centímetros sueltos para poder darle la vuelta. Gírala del derecho y plánchala.
Cierra el pedazo de costura que falta por unir.
Dobla la pieza por la línea imaginaria central (que aparece en el patrón). Con un hilo a juego, cose juntos ambos bordes a punto escondido. ¡Ya está! Sólo falta coserle, a los lados de la abertura, un poco de cordoncillo decorativo para que puedas colgarte la funda del cuello.
En mi caso, rematé la punta con una borlita del mismo hilo que usé para hacer el cordoncillo, con el que rematé a la vez el lado de la costura de la funda. Para que las tijeras no se vayan lejos, hice una cadenita con cuentas decorativas y con ella até las tijeras a la funda.
Te queda espacio para bordar tu nombre o un adorno sobre la funda, y puedes obtener una funda cerrada si añades un broche o lazo al extremo superior, doblándolo a manera de tapa y cerrándolo sobre su pareja que habrás cosido sobre la funda.
También puedes decorar tu funda con cuentas, o con retales al estilo patchwork, o como se te ocurra. El resultado depende sólo de tu imaginación. Cuando termines, tendrás una bonita funda muy personal que protegerá tus tijeras y te las mantendrá a mano.
